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La presencia de ciclos coccidiales en las aves jóvenes puede ayudar a controlar los costos de alimentación
Programa Dual vs. Vacuna Coccidiosis

Se adelantó el ciclo de las 5-7 semanas a las 3-4 semanas. Tardío vs. Temprano




Figura 1 a/b. La vacunación contra la coccidiosis, iniciada después del uso de un programa dual tradicional de anticoccidiales en el alimento, permitió la presentación de los ciclos coccidiales a edades más tempranas.


La evaluación de los niveles de infección por coccidias en las parvadas de EE.UU. demuestra que la vacunación contra estos parásitos induce el desarrollo temprano de ciclos coccidiales leves – hallazgos especialmente relevantes si consideramos el alto costo del alimento, dijo la Dra. Matilde Alfonso.

“Los resultados de este estudio demuestran que los avicultores pueden utilizar la vacunación contra la coccidiosis para modificar el momento de presentación, la prevalencia y la severidad del desafío coccidial, y también para reducir los costos de la alimentación”, explicó.

La Dra. Alfonso –veterinaria de servicios técnicos de Intervet/Schering-Plough Animal Health– dijo que en el estudio se utilizaron más de 2,500 pollos de engorde procedentes de cuatro diferentes operaciones comerciales de distintos estados de la Unión Americana. Cuando se evaluaron las lesiones a la necropsia, la edad de las aves varió de 14 días a la edad de mercado. Se consideró la prevalencia y la severidad de las lesiones, además del momento en que se presentaron.

Aunque la mayoría de las necropsias fue realizada por la Dra. Alfonso, también participaron otros médicos veterinarios de servicio técnico de Intervet/ Schering-Plough Animal Health.

La investigadora utilizó el bien conocido método de Johnson y Reid para calificar las lesiones macroscópicas causadas por las especies de coccidias más comunes, a saber: Eimeria acervulina, E. maxima y E. tenella. El uso de la calificación de lesiones sola tiene algunas limitantes al evaluar el rendimiento de la parvada o la eficiencia del programa anticoccidial, explicó, pero es un método ampliamente utilizado en el campo para supervisar o “monitorear” la coccidiosis en las operaciones comerciales de pollos productores de carne. No obstante, cuando se realizan de manera consistente, las calificaciones de lesiones permiten hacer comparaciones en el tiempo y entre diferentes programas de control de esta enfermedad.

Además de calificar las lesiones macroscópicas, la Dra. Alfonso y sus colegas examinaron microscópicamente raspados de mucosa de la región media del intestino, para evaluar la presencia de ooquistes de E. maxima. Mientras que otras especies de Eimeria como E. acervulina y E. tenella se pueden diagnosticar por lo general observando a simple vista las lesiones macroscópicas, E. maxima es diferente, explicó la científica.

E. maxima puede estar presente en grandes cantidades, dañando la mucosa intestinal y afectando negativamente el rendimiento de las aves sin que se presenten lesiones visibles. Es por ello que siempre determinamos su presencia al microscopio, además de la inspección macroscópica. Calificamos las lesiones con base en el número de ooquistes que vemos por campo microscópico”, indicó.

El resultado más obvio del estudio fue la prevalencia y la severidad de las lesiones causadas por coccidias, y el momento en que se presentaron varió dependiendo del programa de control utilizado, muy al principio en aves vacunadas y después en las aves sometidas al consumo de anticoccidiales en el alimento, dijo.

Vacuna contra la Coccidiosis
Abril - Septiembre

Desafío debido al programa previo basado en fármacos. El uso prolongado de la vacuna disminuyó la incidencia y la severidad de las lesiones.

Ciclos coccidiales tempranos (3-4 semanas) Inmunidad consistente (5 semanas de edad)




Figura 2 a/b/c. La vacunación continua contra la coccidiosis implementada después de un programa tradicional con anticoccidiales disminuyó la incidencia y la severidad de las lesiones e hizo que el patrón del ciclo del parásito se presentase más temprano, desarrollándose la enfermedad de manera consistente.




En una importante empresa avícola de Carolina del Sur, donde se estaba realizando la rotación entre un programa dual de anticoccidiales en el alimento y la vacunación contra estos parásitos, las aves del programa dual presentaban ciclos coccidiales tardíos entre las 5 y 7 semanas (de 35 a 49 días) de edad. Pero una vez iniciada la vacunación contra la coccidiosis, los ciclos del protozoario comenzaron a presentarse entre las 3 y 4 semanas (de 21 a 28 días) de edad (Figura 1), dijo la Dra. Alfonso.

La importancia de la presentación de ciclos coccidiales a edades tempranas quedó demostrada mediante los estudios realizados por el Dr. Robert Teeter y sus colaboradores de la Universidad Estatal de Oklahoma (véase el artículo correspondiente en la página 40). Los resultados de estas investigaciones demuestran que mientras más tarde se presenten los ciclos coccidiales en las aves, mayor es su impacto sobre el rendimiento y sobre los resultados financieros del avicultor, indicó.

En otras palabras, si el ciclo coccidial ocurre antes de que se presente la mayor intensidad del crecimiento de los animales, a las 4 semanas (28 días) de edad, tiene menos probabilidades de interferir con el crecimiento en el momento en que las aves están consumiendo la mayor cantidad de ración, aclaró.

Al mismo tiempo en que esta compañía de Carolina del Sur vacunó a sus pollos con Coccivac-B –vacuna viva que proporciona una dosis controlada y balanceada de ooquistes para estimular la inmunidad– también restableció la sensibilidad del parásito a los anticoccidiales ionóforos, pues los galpones se sembraron con cepas sensibles a estos fármacos, hizo notar.

Al continuar observando a la compañía de Carolina del Sur, se reafirmó el concepto de que, cuando se utilizan los anticoccidiales ionóforos solos, se presentan ciclos inconsistentes de coccidia, de acuerdo con la Dra. Alfonso.

E. maxima puede estar presente en grandes cantidades, dañando la mucosa intestinal y afectando negativamente el rendimiento de las aves sin que se presenten lesiones visibles.

También habló sobre una empresa avícola en Mississippi en donde se practicó la rotación entre anticoccidiales en el alimento y vacuna contra la coccidiosis. Durante un período de 5 años que comenzó en 2001, el uso prolongado de la vacuna redujo la incidencia de lesiones macroscópicas de E. acervulina y además éstas fueron de menor severidad. Lo mismo ocurrió con las lesiones microscópicas de E. maxima, reportó.

En Alabama, donde una empresa avícola utilizó la vacuna contra la coccidiosis continuamente después de un programa tradicional de control con fármacos en la ración, la incidencia y la severidad de las lesiones declinaron con el tiempo. El ciclo de las coccidias se presentó más pronto y las aves presentaban inmunidad, de manera consistente, a las 5 semanas (35 días) de edad (Figura 2), continuó diciendo.

El impacto de la vacunación contra la coccidiosis después de un programa con ionóforos también fue evidente en una compañía en Arkansas. Cuatro meses después de haber iniciado la vacunación, el número de aves con lesiones coccidiales disminuyó, el ciclo de las coccidias se presentó a las 3 a 4 semanas (21 a 28 días) de edad y las aves presentaron consistentemente la inmunidad hacia las 5 semanas (35 días) de edad, explicó.

Resultados similares se obtuvieron en la empresa de Arkansas, cuando se comparó la vacunación contra la coccidiosis en aves libres de antibióticos, con el uso continuo de anticoccidiales en las parvadas convencionales. La vacunación de los pollos hizo que las coccidias ciclaran más temprano y estas aves también desarrollaron más pronto la inmunidad y presentaron menos lesiones que las parvadas tratadas con los fármacos, explicó.

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